lunes, 27 de mayo de 2013

EMOCIONES PASADAS POR AGUA ^^

Continuamos con otro relato de las divertidas aventuras de nuestros técnicos de TSAAFYD.

Hace unos meses, se nos ofreció la idea de realizar un descenso por el río. La verdad es que la mayoría nunca había hecho rafting; así que, Noe, Jefferson y yo fuimos los encargados de preparar todo. Fijada la fecha para el descenso, contratado el bus para el viaje y con todo pagado, allá que nos fuimos a Arbo.

Salimos con un ligero retraso debido a que unas malvadas sábanas atraparon en la cama a un par de compañeros. Diré que ninguno sufrió daños mayores aparte de pelos revueltos y legañas en los ojos jajaja. El trayecto de ida fue de lo más tranquilo. Llegamos bien de tiempo, aparcó el bus y nos encaminamos a la nave de Arrepions para meternos en los trajes de neopreno, ponernos el casco, el chaleco y volver al bus para que nos dejase cerca del río.


Como anécdota os contaré que en el bus nos moríamos de calor… Eso sí, ¡el vasco todo el curso en manga corta cada día de clase y en el bus no quitaba el traje por pereza! Llegado al río recibimos un cursillo acelerado sobre qué hacer y qué no hacer.



Ansiosos por comenzar, tiramos los remos dentro de la balsa y por un estrecho sendero empezamos a transportarla entre todos. Emoción desde el principio ¡si señor! Lanzamos la balsa al río, colocamos las posaderas en los bordes de ésta. Nerviosos, intentamos remar a la vez. Así que se nos ocurrió la brillante idea de realizar una cuenta de: UNO-DOS.



A lo largo del descenso nuestra Jefa del bote nos contaba anécdotas e historias que le habían ocurrido. Decir que durante varios intentos de giros bruscos en los rápidos estuvimos a punto de caernos al río.
No se puede decir lo mismo de otras balsas jajaja.



Tuvimos pequeñas pausas en las que podíamos tirarnos al agua, pensábamos que con los neoprenos no íbamos a pasar frío, ignorantes de nosotros… Continuamos nuestro divertido descenso por el río. Realizamos el rescate de la balsa de Juanín (manda carallo, un profesor rescatado por los alumnos). La verdad es que hubo momentos difíciles, por poco no llegamos a la orilla.



 Después de una maravillosa ducha, cogimos el bus para irnos a comer; decir que, devoramos los bocatas es quedarse corto. Camino a Lugo el sueño se apoderó de nuestros valientes aventureros y acabaron cayendo en las redes de Morfeo.










Poco más que contaros gente, espero que os resultase una lectura divertida y entretenida. Hasta la próxima.

PD: Casi se me olvida poneros la foto de Jefferson dormido, sólo que él acabó maquillado cuando estaba durmiendo ^^



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